El día que le vendí a Los Planetas su cuenta de Twitter

No hace falta que diga que Los Planetas ha sido la banda sonora fundamental de mi vida, con la que he crecido, enamorado, peleado, llorado, extasiado y hasta resucitado. Sin ellos no percibiría el mundo tal y como es.  Entre otras cosas, ellos tuvieron la culpa de mi trasvase al flamenco, que me hiciese crítico con apenas 22 años y que el veneno jondo me atrapase para no soltarme nunca más.

A ellos les debo muchas cosas, entre otras una de las anécdotas más simpáticas de mi vida.

Todo empezó en Noviembre de 2011 y aún me pregunto como no se le ocurrió a nadie más. Yo por entonces, estaba en casa de J cada dos por tres. Por casualidad del destino, en aquel momento jugaba en una peña de fútbol en la que estaba Checopolaco (actual bajista) y muchos amigos del grupo. Un día iba a jugar «Novi» (Al que le dedican «deseando una cosa»), otro día su vecino…etc.  Así que cuando nos íbamos a jugar el «tercer tiempo» siempre aparecía él. Nos solíamos reunir en su casa del Fargue, en el Ruido o en cualquier sitio que nos recibiesen con los brazos abiertos, que no eran pocos. Fueron unos años tremendos. Entre algunas conversaciones interesantes de flamenco y Enrique Morente, le comentaba la indignación que tenía al ver que no cuidaban su versión 2.0, algo que estaba empezando a despuntar.

Me dolía mucho ver como otros grupos indies (que no voy a nombrar) tenían muy cuidada su comunicación y gracias a las redes todo el mundo hablaba de ellos. Sin embargo a J y compañía poco le importaba eso.

Así que me lo tomé como algo personal y decidí arreglar la situación. Un 22 de Noviembre de 2011 me lancé y empecé a publicar en Twitter, ya que por aquél entonces era la red social de moda:

Para curarme en salud evité nombrar cualquier palabra que pudiese llevar la etiqueta de «oficial», así que, @LosPlanetasGR (con las iniciales de nuestra ciudad) me pareció lo más sensato. Para conectar con el público fan, se me ocurrió empezar a citar a amigos y a otras bandas afines. Incluso a los festivales en los que siempre habían estado. ¿Cómo iban a cerciorarse de que aquello era una cuenta creada por un fan desatado? Recordad que estábamos en 2011 y no teníamos tanto control en redes sociales:

Y empezaron a caer, uno tras uno. Los que querían y admiraban a Los Planetas nos daban el sello de autenticidad sin tan siquiera preguntar.  Antonio Luque, Guille Mostaza, Noni Meyers, Los Punsetes… todos interactuaban con la cuenta. Recuerdo que aquello se me fue de las manos:

¿De verdad podía alegrarle el día a un completo extraño tan solo publicando estrofas de una canción? Subías una letra, todos retuiteaban. Recuerdo que llevaba una agenda en la que anotaba los conciertos de Los Planetas por España y Latinoamérica. Me fue muy útil para hacer una programación de entradas pre y post concierto, agradeciendo la asistencia del público, recordando la venta de tickets… vamos, un Gabinete de Comunicación totalmente improvisado. Y fue inolvidable.

Esta entrevista la cerré por twitter con Carlos del Amor, casi me cago de risa:

 

Edu Madina, un gran tío:

Lo comentaba con la chica con la que estaba entonces, y es que no sabía muy bien como manejar la situación. Incluso Iñígo López (@inigolopez18), (Por entonces jugador de Primera División  en el Granada C.F y fan total de Los Planetas) me retuiteaba y escribía de vez en cuando. Era casi como un sueño. Un fake dream. Yo sentía que estaba haciendo justicia con Los Planetas y con su comunicación, y además totalmente gratis. ¿Qué malo podría tener algo así? Manejaba una cuenta de 10K, que por aquél entonces era algo increíble.

Poco a poco empecé a alejarme de Los Planetas, en un proceso natural de la vida. Ya no te puedes acostar a las 5 de la mañana todos los días, necesitas ser útil en la sociedad… y empiezas a trabajar. Los días de vino y rosas se acabaron. Fue entonces cuando recibí un mensaje de Xiana Fumega (Booking & Management en Desvelo), y antigua @Volcanmusica con Javier Liñán. No nos conocimos nunca, pero llegamos a un pacto. Cuando desde el Volcán empezaron a ver que la cuenta funcionaba me pidieron las contraseñas. Obviamente les dije que había que negociar, aquello era mi pequeño sueño y no iba a dejar que se escapase así como así. Fue entonces cuando entró a escena Ana Belén Rivero (@diefraumaschine) una famosa ilustradora de El Jueves. Hizo de intermediaria, ya que me conocía a mí y a parte del equipo de El Volcán MúsicaMe recomendó que una venta de la cuenta era la mejor opción, o en otro caso podrían solicitarlo en un juzgado.

Accedí, y finalmente la vendí, pero no a cualquier precio. A parte del económico, esa cuenta debía de seguirme siempre. Aceptaron. Les solté las contraseñas.  Y me despedí con un tuit: «Volveremos…»

 

Los Planetas siempre.

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